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Lorena I. Claus
Lorena I. Claus
  • Ginecólogo
  • Obstetra
  • Cirugía Ginecológica
Pres. Domingo Faustino Sarmiento 2037, B1712BOM Castelar, Buenos Aires, Argentina
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  • Pacientes privados (sin obra social)
Calificaciones
Puntos
1.0

muy mala experiencia

Aprovecho que se menciona a la Dra Lorena Claus en este foro para compartir mi mala experiencia con ella aquí. La semana pasada (julio 2015) fuimos con mi marido a la guadia del IADT ( Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento) ubicado en Barrio Norte. Fuimos pasada la medianoche muy asustados y angustiados, yo estaba de 9 semanas de embarazo y unas horas atrás había tenido una pequeña pérdida y había estado con dolores fuertes en el vientre. El año pasado perdí dos embarazos en el segundo mes. Toda embarazada sabe que son de los momentos más delicados del embarazo y yo habiendo perdido dos estaba realmente muy asustada. Hablé con mi obstetra y me dijo que lo mejor para que me quede tranquila es que vaya a una guardia para que me hagan una ecografía para poder confirmar que esté todo bien. Así fué, fuimos al IADT, ingresamos por guardia donde conté los síntomas que tenía y me derivaron con la Dra Lorena Claus. El lugar estaba bastante tranquilo, eramos los únicos en el pasillo esperando. Pasó un rato, al ver que nadie salía del consultorio y no había ningún movimiento tocamos la puerta. No había nadie y estaba cerrado con llave, entonces mi marido fué a preguntar si estaba bien donde estábamos esperando o nos habíamos equivocado. Le dijeron que sí, que espere que la doctora estaba arriba. Esperamos un rato más hasta que apareció bajando por las escaleras. Ya de entrada se percibía cierto fastidio, como alguien que lo interrumpen cuando no quiere ser interrumpido. Muy seca y poco amigable nos dijo que pasemos. Antes de contarle de mis síntomas comencé por contarle de los dos embarazos que perdí y que estábamos muy angustiados, seguí contándole lo que me había sucedido horas atrás y ahí ella comenzó a cuestionar la medicación que tomaba, mis síntomas, quien era mi obstetra. Todo de manera muy antipática, con mal modo. Como si nosotros estuviésemos fuera de lugar ahí, molestando por una pavada. Le dije que nosotros queríamos saber si estaba todo bien, si el bebé estaba bien, que si podíamos confirmarlo con una ecografía. Y me dijo que no, que ella no iba más que a revisarme y si quería me podía dar una orden para que me hagan una ecografía pero para el día siguiente. Que por un poco de pérdida no me iba a hacer una ecografía, que con ese cuadro clínico no iba a hacerlo. A ver, yo entiendo que en las instituciones médicas, hospitales y clínicas tengan protocolos para que los médicos respeten. Y que si el paciente no presenta cierto cuadro clínico no puedan, por orden de la clínica, indicar una ecografía. Pero una cosa es el protocolo médico y otra la atención al paciente, como transmitir las cosas. Nos trató con la frialdad que te tratan cuando vas a una oficina de tránsito por una multa, así de inhumana. Cómo paciente busco no sólo una respuesta médica, sino una contención que la Dra Lorena Claus, esa noche no parecía tener en lo más mínimo. Parecía un robot, una persona que estaba de muy mal humor. Y no supo ver adelante dos personas muy angustiadas que perdieron dos veces un bebé y que estaban transitando un embarazo con mucho miedo. Eso no lo vió. Por lo que decidí no seguir con la consulta e irme. Antes de hacerlo le marqué como nos estaba tratando, que no estaba siendo comprensiva. Se puso aun más dura y defendió su postura, a ella solo le importaba la ficha médica. Así fué como nos fuimos al Mater Dei, y encontramos lo que buscábamos, contención y comprensión. La doctora Verónica Garde nos hizo la ecografía, fué muy comprensiva y muy dulce con nosotros, nos dió mucha tranquillidad. Nos confirmó que nuestro bebé estaba muy bien. Así debería ser y así por suerte fué allí. Por suerte pudimos dejar atrás el sabor amargo de la Dra Lorena Claus. Creo que es muy importante compartir estas experiencias, ojalá que la Dra Claus lea esto, reflexione, y no vuelva a repetir la fea actitud que tuvo con nosotros con otra pareja.